'Llámame por tu nombre': un amor de novela rosa


Hay películas de temática LGBTI que se centran en el odio, el rechazo y la discriminación, variantes del dolor y el sufrimiento. Películas combativas que quieren dar un mensaje de reivindicación. Hay otras que se apartan de tales menesteres y simplemente se enfocan en el amor, puro y duro, como es el caso de 'Llámame por tu nombre': la historia de Elio (Timothée  Chalamet), un adolescente italiano de 17 años y Oliver (Armie Hammer), un estudiante estadounidense de 24, quienes se enamoran durante el verano de 1983 en el norte de Italia.

El romance transcurre en un tranquilo pueblo a la orilla del mar, de casitas encantadoras y ensoñadoras piscinas naturales, donde hermosas esculturas antiguas emergen de las aguas y hay albaricoques por doquier. Es el escenario perfecto para que florezca el amor entre dos hombres jóvenes, hermosos, blancos, judíos, cultos y políglotas, con gran sensibilidad intelectual y artística. 

Y es que el buen gusto y la sofisticación saltan a la vista. Aquí todo es perfecto como una postal de "pueblo italiano con encanto", de esos que te ofrecen en las guías de viaje. 

La belleza grecorromana aflora de las aguas como un tesoro del pasado, pero también puede ir montada en bicicleta y vestida de shorts, cual novio de la Barbie. Sí, todo en esta película se ve muy hermoso y sofisticado, pero un tanto ficticio e impostado para mi gusto. 


¿Acaso todos los romances homosexuales tienen la fortuna de acontecer en estos paisajes de ensueño? Por supuesto que no. Existe el mundo real para la mayoría de los mortales. Así que esto del gay elegante y sibarita es tan solo un cliché, un ideal. Pero no os atormentéis por eso. Disfrutad este espectáculo como quien aprecia una hermosa pintura. Dejaos llevar por la seducción y el agua que corre diáfana... 

Y es que el director Luca Guadagnino solo quiere deleitar al público con un amor idílico y sensual entre un jovencito que experimenta su despertar sexual (el primer amor, la heteroconfusión y esas cosas) y un apuesto extranjero que llega a su vida como un príncipe azul. Lo mejor: nadie los juzga, nada los perturba y tienen toda la ciudad y sus callejuelas para ellos solitos. Como en La dolce vita

Así es 'Llámame por tu nombre', nominada a cuatro premios Óscar: mejor película, guión adaptado, actor (Chalamet) y canción. Pero más allá de un título cursi con una explicación no menos cursi, es una cinta sensual y preciosista en un ambiente de lujo. Un amor de novela rosa con sus hervores y sus dolores. 


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