Qué felicidad, llegó la Agenda del Mar! Es la frase que todos pronuncian por esta época del año cuando reciben en sus manos una agenda única y exclusiva, cargada de información y de fotos espectaculares.
Conectar a las personas con los océanos y, a partir de esa conexión, comprometerlas en su conservación desde las acciones de la vida diaria, ha sido el propósito de la Agenda del Mar desde hace 27 años. Para lograr esta misión, en cada edición hemos propuesto un hilo conductor para el contenido de las páginas, que en este 2018 se resume en una frase: el mundo se mueve a través del agua.
Con el 70 por ciento de su superficie cubierta de agua, nuestro planeta bien podría llamarse Océano en lugar de Tierra. Por mencionar solo un ejemplo de su importancia, por los mares se mueve más del 80 por ciento del comercio mundial. El agua nos une y hace posible la vida que conocemos.
Por eso este año queremos reconocer a toda la gente de mar que, a través de sus oficios —marineros, pescadores, transportadores—, está permanentemente conectada a los océanos, y destacar así mismo los diferentes tipos de embarcaciones que hacen mover el mundo, desde el bote más sencillo hasta el buque mercante más impresionante.
Incluye un libro con ciencia de alto nivel
Con el propósito de brindar información relevante que sirva para la toma de decisiones, la Agenda del Mar vuelve a circular en compañía del libro Hacia dónde van nuestros océanos, que, a partir de este año con el tema Arrastrando la montaña hacia el mar, será un coleccionable sobre diferentes asuntos marinos y ambientales estratégicos para Colombia.
En esta segunda edición del libro se aborda la transferencia de los impactos ambientales desde las cuencas hidrográficas de Colombia hacia las zonas litorales y ecosistemas marinos. Temas como erosión, deforestación, sedimentos y contaminación son explorados por científicos de primer nivel.
El editor científico del libro es el profesor e investigador de la Universidad Eafit Juan Darío Restrepo, quien ha liderado el más completo estudio sobre los impactos que ocasionan los sedimentos provenientes de las cuencas hidrográficas de la región andina que, a través del río Magdalena y el canal del dique, llegan a la bahía de Cartagena.
Se trata del estudio Basic, realizado entre 2014 y 2017 con ciencia de alto nivel y estándares internacionales, que revela el estado real de contaminación de la bahía de Cartagena. Solamente las altas concentraciones de mercurio, plomo y otros metales pesados que se han hallado en el pescado y que resultan perjudiciales para la salud humana, deberían prender las alarmas de las autoridades y de todos los colombianos.
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