'Misterio a bordo': la típica comedia mala con enorme audiencia


Me sorprendí cuando leí que 'Misterio a bordo', en sus primeros tres días, había sido vista por más de 30 millones de personas en el mundo, el mejor fin de semana de estreno para una película original de Netflix.

Increíble récord para una comedia típicamente mala de Adam Sandler y Jennifer Aniston, quienes ya habían trabajado juntos en otras comedias típicamente malas como 'Una esposa de mentira' (2011) que a toda hora se emiten por la televisión por cable.

Él, en su eterno papel de perdedor en bermudas, encarna en esta nueva película a un policía mediocre y detective todavía peor, que intenta cumplirle a su esposa peluquera el sueño de viajar a Europa.

Ella es más lista que él porque lee novelas policiacas (vaya explicación) y juntos se ven involucrados en un crimen a bordo de un yate adonde han parado por cosas del destino. 

Descubrir quién es el verdadero asesino se convierte en el asunto a resolver, pero como es de esperarse, los guionistas se van por el camino más trillado que es confundir al espectador hasta el final con una trama fuera de toda lógica. 

Una comedia que es también el festival del cliché y el estereotipo: España es flamenco, los rusos son caremalos, las japonesas son peligrosas y los estadounidenses promedios son como el protagonista: torpe, mañé, amarrado, como Homero Simpson, mientras que la esposa es más sensata y se echa toda la responsabilidad, como Marge.

No es esta la adaptación de una novela policiaca inteligente sino más bien la parodia para justificar la presencia ganadora de Jennifer Aniston, a quien todo el mundo ama y venera; y de Adam Sandler, a quien todo el mundo odia pero siempre tiene moralejas para ofrecer.

¿Algo para rescatar? Que la lujosa Mónaco se ve increíble, como el resto de Europa, a la hora de servir como escenario para persecuciones en auto por estrechas calles solitarias escasas de turistas.

El verdadero misterio a bordo es saber por qué esta película ha logrado lo que ha logrado. Tal vez la gente solo quiera que la diviertan con las mismas fórmulas, para no tener que pensar mucho.

A la final parece que lo importante es que simplemente haya un asesino, sin importar el cómo.

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