La vida de Calabacín (Ma vie de Courgette) es la película animada en 'stop motion' que inauguró el festival Eurocine en Medellín, la semana pasada en Cinemas Procinal Las Américas.
Y mejor no podía abrirse este festival que termina este 11 de mayo en la capital antioqueña, con funciones también en el Centro Colombo Americano.
La película dirigida por el suizo Claude Barras trata sobre un niño que después de perder a su madre entra a un orfanato. Allí conoce a otros niños sin padres y trata de encontrar el amor y una nueva familia.
Pero esta no es solo una historia sobre orfandad. También lo es sobre la adopción y aquí es donde entra mi alusión a la senadora Viviane Morales, quien luchó y fracasó en su intento de sacar adelante un referendo discriminatorio que pretendía impedir la adopción de niños por parte de parejas homosexuales y de hombres y mujeres solteros.
No voy a contar el final, pero la película deja una gran lección a todos aquellos que, guiados por sus creencias religiosas, se niegan a ver más allá del modelo de familia heterosexual y prefieren negarle a un niño abandonado la posibilidad de encontrar un hogar amoroso.
Ojalá puedan ver La vida de Calabacín. Ya no fue en Eurocine pero esperemos que vuelva algún día a las salas de cine. O a Netflix. Realmente vale la pena. Ganó como mejor película en el Festival de Annecy (el más importante en animación) y estuvo nominada a los Oscar y Globo de Oro 2016 como mejor película animada, entre muchos otros reconocimientos. Ver más en Filmaffinity
De producción impecable, personajes entrañables y mucho humor, este es el tráiler para que se antojen:
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